¡Feliz miércoles! Hoy ha sido un día de locos: Muchos ingresos, mucho movimiento, muchos cambios...
Para empezar, hubo un problema con la nutrición parenteral de un paciente, pues la mandaron con un volumen muy inferior al normal, ya que siempre se le infunden unos 1980ml y esta vez tan solo llegaron 1000ml. Por lo que hubo que llamar, bajar a farmacia y esperar a que subiera para poder dársela.
A continuación, nos mandaron sangre para perfundir a un paciente que está muy débil y que tiene cirugía mañana, pero como la sangre no puede ir por la misma vía que los medicamentos, hubo que habilitarle otra... ¿El problema? Que es un politrauma y tiene una pierna y los dos brazos vendados. Finalmente y tras varios intentos, se le habilitó una vía en una parte del miembro superior derecho que tenía libre y se le transfundió.
Para más colmo, cambiaron la medicación de casi todos los pacientes por lo que se pusieron nerviosos al ver que no les dábamos algunas pastillas que solían tomar.
Lo mejor del día, que os detallaré mañana, fue la subida de un paciente de torácica del quirófano, ya que trajo un sistema de drenaje al vacío con base de agua, artefacto que nunca habíamos visto y que mañana explicaré en detalle.
Por último, pero no menos importante, cuando ya nos disponíamos a irnos, un señor al que le fui a quitar un pitufo se incorporó y tenía la cama y el pijama manchado de sangre. Se le había aflojado una grapa de la cura y estaba sangrando. Inmediatamente nos dispusimos a hacerle una cura con suero fisiológico y clorhexidina y le volvimos a colocar un apósito limpio con gasas para que hiciera más presión y resistiera hasta mañana.
Y así terminó mi día, nos vemos mañana como siempre. ¡Hasta entonces!
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