Parecía imposible el año pasado el pensar que iba a poder hacer el trabajo que tanto me ilusionaba al empezar la carrera, parecía imposible que fuera capaz de ayudar a personas, de tranquilizarlas, de hacerlas reír, de acompañarlas, y de aconsejarlas. Parecía imposible encontrar el apoyo que necesitabas en ciertos momentos en pacientes y en compañeros de trabajo.
Parecía imposible pero así fue. Y este mes ha pasado tan lento y tan rápido, y estoy muy orgullosa tanto de mí como de mis compañeras y muy agradecida, sobre todo agradecida, de todos los ánimos que recibí, de todos los consejos de algunas enfermeras, de todo lo que aprendí, de todo.
La experiencia que me dio el estar en la planta de Trauma fue inmensa, y la ilusión de hacer las cosas por primera vez, esas cosas que solo dábamos plasmadas en papel, es indescriptible.
Espero y le deseo a todo el mundo que busque un trabajo que le ponga los pelos de punta como a mi y a mis compañeras nos lo pone la enfermería.
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