¡Hola y
bienvenidos! Hoy seguimos con la racha de explicaciones sobre cosas que se ven
en Trauma pero que igual no sabemos muy bien cuál es su función o por qué están
ahí. En esta entrada le toca turno a los fijadores externos.
La fijación
externa es un método que se utiliza para muchas patologías hoy en día.
Obviamente, en trauma se suele usar para fijar los huesos. El sistema es
sencillo: Los fijadores se pegan al hueso por alambres o clavos y se garantiza
la estabilización de la zona para conseguir finalmente una continuidad ósea. En otras palabras: Mantiene el hueso junto para que se cree de nuevo una única pieza maciza como antes de la rotura.
Este mecanismo se
coloca mediante una intervención quirúrgica y, unas horas después, se le debe
realizar al paciente una radiografía de control para ver si el cuerpo lo acepta
y si se ha dejado bien colocada toda la maquinaria.
El tiempo de
retirada depende muchísimo de la capacidad del propio organismo del paciente, y
su extracción se realiza mediante otra visitilla al quirófano. La recuperación
es dolorosa, así como todas las recuperaciones postquirúrgicas pero no está
caracterizada por ser la peor, sí que es aparatosa y puede causar algún trastorno de la imagen personal puesto que no es para nada estético.
Espero que os
haya ayudado a conocer un poco más a estos acompañantes de planta que son los
fijadores externos y entender su trabajo. Sin nada más que añadir, ¡nos vemos
mañana!
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